Bueeeeno, pues yo en mi estilo, mil cosas a la vez... córtalas en trocitos, añade un poco de canela, un yogur, una galleta, un poco de leche y a la batidora. Me encantan los batidos. Alimentan y no frenan. Como mi vida misma...
Se asoma tras la puerta la mirada maliciosa de una traca de cambios a punto de comenzar su danza enfermiza de estallidos a mi alrededor, y yo me quedo aquí en medio, sentada pero sin cruzar las piernas –por si hay que salir corriendo– mirándolo todo con ojos de curiosidad y escepticismo... y sólo me sale reirme, ¿qué voy a hacer?
Ya está bien así. Tampoco es plan de aburrirse, que para eso ya habíamos quedado en que siempre hay tiempo. Además, como siempre, me sonríe la suerte y me lanza su regalo envenenado de cara al verano, cuando el sol, el calorcito y el cielo azul me fortalecen y me hinchan el pecho de carcajadas para todos los gustos, situaciones y sensaciones. Cuando me convierto en un gigante que recorre mi mundo interior con las botas de mil leguas y bebe sin miedo de las aguas del conocimiento más escondido, rueda por las laderas de la incertidumbre como una avalancha y sube a su inseguridad al escenario del escarnio público. Cuando todo me importa un poco un pepino.
De verdad que a veces me sorprende mi buen humor, me veo incapaz de no verle el lado positivo a las cosas. No quiero decir que no me tome en serio los problemas o las situaciones complejas, es sólo que siento que todo tiene solución y que buscarla forma parte del proceso más interesante que conozco, el de aprender. Cuando sucede algo que me contraría y parece que me quiero agobiar, sopla una brisilla e instantáneamente como que lo voy viendo de otra manera; sopla otra volada y empieza a tener mucha mejor pinta; sopla un tercer airecillo insignificante y ya siento que todo saldrá bien seguro, que aprenderemos cosas, que se plantearán nuevas y estimulantes situaciones... va a ser tan divertido!
Esto de vivir es la leche.
Vamos que creo a pies juntillas en el "happy ending", haga lo que haga, no lo puedo evitar.
Y tampoco es que lo intente mucho.
Sería de tontos.
Lleva lloviendo a cántaros toda la semana y el cielo encapotado se niega a darle tregua a mis ojos. Pero me da igual porque esta luz me los pone entre gris y verde, que queda muy bonito, y tengo las baterías con carga más que suficiente para ir tirando hasta el fin de semana. Ya pueden caer chuzos de punta que voy a ser feliz como una perdiz, rebozándome en los bellos recuerdos de mis "domingos infinitos", saltando de cabeza a la piscina del buen rollito de los regresos esperados, abrigándome con el manto de comprensión de la amiga del alma...
Si es que, si no fuera feliz, sería de cárcel!
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5 comentarios:
Y San Juan siempre jodiéndolo todo!
Recoge un buen fardo de leña, la hoguera será extraordinaria.
San Juan era valenciano?
Tranquila, saldrá el sol
No, si salir sí que sale, pero con poca convicción, leñe!
Leñe?
Que jodia...
Bueno Irene. Ha sido un placer volver a coincidir y pasearme por tus historias. Es realmente cautivador ir descubriendo las sendas de las personas, apasiante e intrigante... para lo que el paso del tiempo se convierte en el mejor de los cómplices.
See you on the road!!!
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