domingo, 29 de octubre de 2006

¿qué significa "irenedxs"?

Yo parece que viva cansada pero no es el caso. Sin embargo, comienzo de nuevo elevando una queja hastiada que me lleva a poner en conocimiento de mi espacio vacío otro razonamiento que para mí resulta archiconocido pero que, al parecer, su repetición no es baldía. Sería quizás más interesante la respuesta a la pregunta: “¿quién eres?”; o más aún: “¿qué eres?”. Ésta última podría resultar fascinante, aunque inabarcable. A veces me siento incognoscible para mí misma. Pero eso me hace más interesante ante mis ojos. Ante los tuyos no sé porque no los veo.
Pero no se trata de ninguna pregunta de carácter filosófico, es más bien una memez de orden práctico: “¿qué significa irenedxs?”. ¿Cuántas veces me habrán preguntado esto desde el año 95?.
Partamos de la premisa de que no sabes inglés, lo cual pone las cosas más fáciles porque si pregunto, todo el mundo sabe inglés. Siempre es falso. Continúo. Las letras en inglés se leen contando con el sonido de la consonante y algunas vocales de apoyo. (Por ejemplo, en español la “ñ” se llama “eñe”). En el caso que nos ocupa, tenemos mi nombre y tres consonantes que, leídas en inglés, suenan: “di”, “ex”, “es”. Todo seguido suena: “diexés”. Los angloparlantes, muy dados a jugar con la reducción de palabras, reconocen rápido en este sonido dos palabras: “the” y “excess”. Ante vocal, el artículo “the” se pronuncia con “i”, por cierto. Como habíamos partido de la base de que no sabías inglés, te aclararé que “the excess” se traduciría por “el exceso”. De modo que quedaría mi nombre : “irenedxs” [irenediexés, leído correctamente] como Irene “el exceso”.
No era tan complicado, ¿no?
Así que, recuerda, cuando tus ojos recompongan el mosaico titilante de los píxeles que dibujan mi nombre sobre la pantalla no te permitas la cutrada de escuchar dentro de tu cabeza “irenedequisese”, por favor. Ahora que ya lo sabes piénsame con corrección: “irenediexés”. Además queda mucho mejor, dónde va a parar.

martes, 17 de octubre de 2006

cerrando un ciclo siniestro

Terriblemente cansada de tanto escucharme, he decidido compartir con nadie mi atribulada vida interior.
Cerraré pronto con un trozo de metal, al más puro estilo bucanero, atravesado en mi cuerpo el final de este siniestro ciclo. Ubicando, como no podía ser de otra manera, el vil metal en susodicho lado de mi anatomía. De este modo arrastraré el peso más liviano del recuerdo ya que el devenir de los acontecimientos parece ir cerrando las brechas y la bruma comienza a dispersarse del campo de batalla. Entre jirón y jirón se ven manchas de sangre, algún colgajo orgánico e incluso restos reconocibles de lo que antes era yo y actualmente es un fantasma. O al menos se comporta como tal. Aparece y desaparece sin avisar, me da sustos, hace ruidos en la oscuridad y mueve las cosas de sitio. Eso hace mi yo cuando no miro. Me tiene agotada.
Pronto el animalico tendrá su espacio, su sistema y su rutina. Mearé convenientemente las esquinas de mi casa y me sentiré más segura. Hoy vivo mi camino con la mirada fija sobre mi cogote de las rapaces, los aullidos de los lobos en la madrugada y los gritos de las hienas, que no me dejan ni comer tranquila. Pronto me sumergiré en mi burbuja y sólo tendré que salir cuando mi persona me lo pida. Qué bien.
Bueno, me dejo.
Hasta otra