miércoles, 18 de julio de 2007

un país a la deriva

Hoy, aniversario del golpe de estado que truncó la evolución de mi amado país, me ha escrito mi amigo uruguayo diciéndome que quiere “emigrar” a España, al menos hasta que yo vaya allí. Un arquitecto que nada más poner un pie en España pierde su título… He intentado convencerle de que la imagen de España es engañosa. Durante tanto tiempo estuvimos mejor de lo que parecía, que ahora nuestra imagen exterior ha tomado inercia y acabará pareciendo lo que no es. De hecho, ya lo parece. Lo parece ante nosotros, que es peor. Le he escrito un larguísmo mail desahogando mis quejas, mis rabias, mis frustraciones… reza así:
No te dejes guiar por las apariencias. Esto es Europa, tenemos Audis y todoterrenos enormes, la sanidad pública es de lo mejorcito del mundo y contamos con kilómetros y kilómetros de costas y montañas paradisíacas. Parece que vivimos muy bien, pero no es así. Aquí los sueldos de a pie son incompatibles con el nivel de vida y el índice de precios al consumo. O cobras mucho o no cobras una puta mierda. Yo estoy en el segundo grupo. Con dos titulaciones universitarias y varios títulos homologados en diseño, estoy cobrando menos de 900 euros al mes. Sólo la hipoteca se lleva esa cantidad. Otros 200 o 300 se van en facturas. Y con lo que no tengo, he de pagar mi manutención. Así está la cosa aquí. Lo bueno de mi trabajo es que me tratan muy bien y es un puesto fijo y estable, con contrato fijo y todo. Sobrevivo alquilando una habitación, haciendo trabajillos en mi tiempo libre y (previo paso por un notario) gracias al adelanto de la herencia que mis padres me están haciendo en vida, pasándome 150 euros cada uno al mes, que suman un aporte de 300 euros mensuales a mi paupérrima economía doméstica. Lo malo será el día que mueran y me vea obligada a comprarle a mi hermano una parte de mi casa, que le pertenecerá, porque el dinero de mis padres no es un regalo, es eso: un "adelanto de la herencia en vida".
En España las cosas están muy jodidas. No te engañes. Hay ricos, como en todos sitios (y pobres, encima cada vez más), pero la clase media, que aquí es como un 80% de la población, hasta ahora el empuje económico del país, está quemando los últimos cartuchos del mundo que conocía y aún no se ha dado cuenta. Pende sobre sus cabezas el fantasma del crak económico, la ruptura de la burbuja inmobiliaria y otros abismos, y por más que los economistas y todo tipo de -istas nos avisen del peligro, aquí todo el mundo es muy feliz y no es capaz de hacer planes más allá del mes de agosto en la playa...
Tenemos un nivel de vida de la hostia (comparado con el norte de Europa lógicamente no, pero vivimos bien), eso sí, a cambio de que las familias españolas sean las más endeudadas de Europa, con un nivel de endeudamiento superior a la entrada de dinero. Es decir, que cada vez debemos más dinero a los bancos, pero mientras estos sigan prestando dinero y cubriendo hipotecas, el estúpido españolito no se dará cuenta de que así no se puede vivir porque es una situación muy inestable y peligrosa. El dinero está todo en manos de la banca privada, nada queda en manos del trabajador, y un sólo sueldo medio-alto no alcanza ni de lejos a cubrir los gastos de una familia de 3 miembros, lo cual era perfectamente posible hace sólo una generación. Todo el capital se encuentra invertido y en movimiento continuo, lo cual sólo beneficia a las grandes empresas, pero supone un riesgo enorme para el trabajador que vive cubierto hasta el cuello de deudas. Mientras tanto el estado, obligado por un país de ideología mayoritariamente socialista, se ve obligado a invertir enormes cantidades de dinero en servicios sociales y atenciones al ciudadano. No creo que el banco central europeo permitiera una crisis económica en España, pero también podría ser que llegado el momento, nos dieran la espalda y nos abandonaran a nuestra suerte. Los tipos de interés han realizado una subida impensable en dos años, la gente se ve incapaz de afrontar los préstamos, especialmente los hipotecarios, que es donde más se notan las subidas. Yo compré mi casa hace un año y 11 días; mi hipoteca ha subido de 730 euros a 905 en este breve tiempo. Familias que compraron sus viviendas hace menos de 5 años las tienen que vender por no poder afrontar los pagos. El precio de la vivienda continúa subiendo pero los sueldos están prácticamente estancados desde hace 4 años. La llegada del euro supuso equiparar los precios con Europa, manteniendo los sueldos de la peseta… El nuevo super negocio en España son las empresas de préstamos, que reagrupan las letras mensuales en un único pago y desangran luego con intereses abusivos a los pobres incautos que, llevados por la desesperación, creen que la solución es pagar menos durante más tiempo. Al final acaban pagando mucho más, pero sí, durante más tiempo. Es más fácil perderlo todo de lo que nos creemos.
A primera vista somos un país moderno y muy activo, mirando las cifras, damos mucho miedo. Europa estira de la burbuja española y quiere recuperar, ahora que los grandes están de capa caída, todo el dinero que invirtieron en levantar la economía española cuando nos empujaron fuera de la terrible crisis causada por la dictadura de Franco y el cerrojazo internacional. Pero del mismo modo que después de limpiar toda Europa de nazismo y fascismo dieron la espalda a España cerrando a cal y canto las fronteras y extendiendo la idea de que África empezaba en los Pirineos, no veo imposible que si Alemania y Francia continúan con estos niveles de inflación y España sigue jodiéndola, vuelvan a cerrar sus fronteras a nuestros productos y nos dejen en la estacada. No sería ni la primera ni la segunda vez. Y desde luego España ya no puede sobrevivir del turismo porque aquí los precios ya no son la que eran y la proliferación de compañías aéreas de bajo coste facilita el turismo hacia zonas mucho más baratas y hasta con más y mejores playas. España estaba muy bien cuando éramos pobres como ratas y para los sueldos europeos era más barato pasar el mes de vacaciones aquí que en su país. Pero ahora que nuestros precios son prácticamente los suyos, vienen menos y se traen la cesta de picnic de casa, no dejan divisas... El sector del turismo se lleva las manos a la cabeza, pero no es capaz de cambiar la oferta para recuperar esa entrada de capital tan importante para un país tan absurdo como éste, que basa prácticamente toda su economía en el sector servicios. Durante el "pelotazo" económico de los 80 y 90, nuestros magníficos empresarios vendieron todas sus empresas e industras a inversores extranjeros que actualmente han cerrado más de la mitad de esas fábricas porque se las llevan a países del tercer mundo, donde es infinítamente más barato producir que en este país que ya ha descubierto qué es eso de los derechos de los trabajadores. Las que vinieron de fuera también se han ido. Claro, eso supone unos desniveles que cada vez se notan más. La tasa de paro en España es superior a la media europea desde hace muchos años y no para de elevarse. Esta situación permite a los empresarios congelar los sueldos porque no hay mucha competencia. Y mientras tanto, la ignorancia supina del pueblo español mantiene intacto el status quo de los grandes empresarios y banqueros de este país mientras ellos están cada vez peor, pero callan porque calzan Nike y Adidas, comen Nestlé y beben Cocacola, disponen de móviles 4G con cámara de 3 píxeles, ven la tele por cable y toman su dosis semanal de fútbol por vena... Insisto en que tengo la esperanza de que Europa nos siga considerando una inversión de futuro y no nos deje plantados con este erróneo sistema económico basado en las mentiras de la UE, que nos hizo creer que viviríamos financiados el resto de nuestra vida a cambio de dejar que nuestras costas se llenaran de suecas en topless. La antes hospitalaria España sufre conflictos raciales y hasta a nuestros antaño adorados "hermanos" sudamericanos los vemos hoy como enemigos de la patria. La población se ha olvidado de la dictadura y la derecha asciende y cada vez cuenta con mayor número de votantes. La derecha, compuesta por los antiguos empresarios que vendieron la economía española a los inversores, que ahora nos quiere vener la moto de que la culpa es de los inmigrantes y de los socialistas, que robaron mucho dinero y permitieron que los nacionalistas/regionalistas dividieran la economía estatal en regiones privilegiadas y regiones explotadas. Quieren volver al poder para pillar lo poco que queda, antes de que se acabe. Como todos.
Es muy complejo todo. Me pongo a rajar y no puedo parar. Estoy jodida y estoy cabreada con mi país. No es un buen momento aquí. Somos la hermanita pobre de Europa y ahora que han entrado los rumanos y otros muchos en la UE, nos encontramos con que tenemos que ceder todos nuestros privilegios en beneficio de otros países, no estamos preparados para este momento; se nos olvidó. Nos gastamos el dinero que debimos haber invertido en el futuro porque en la fábula de la hormiguita y la cigala, España siempre será la cigala.
Por eso quiero irme. No hay futuro a corto plazo en este país de vividores irresponsables. Al menos no lo hay para mí porque no pertenezco ni deseo pertenecer a ningún grupo de poder. Si tú consiguieras convalidar tu título y fueras italiano no tendrías tanto problema. Los arquitectos son una elite y se protegen unos a otros. Además, como italiano, no necesitas ni permiso de residencia, serías europeo y podrías viajar y trabajar en cualquier país de la UE sin nada más que la tarjeta de identidad o el pasaporte. Pero en sistemas podridos como éste que he intentado dibujarte a grandes rasgos, para meter un pie en el hermético círculo de las elites, hay que conocer a alguien dentro. Yo supongo que mis padres tienen contactos suficientes para que te abrieras algún hueco, pero tampoco puedo asegurártelo. Mira que por mí tampoco podían hacer tanto. Aunque yo no lo quiero porque me gusta saber que todo lo que tengo, me lo he ganado sóla.
Bueno, a lo que iba, que me enrollo como una persiana. Que yo no me quiero quedar en España, este país apesta. Estoy hasta los huevos de esta situación, especialmente de la mierda de economía que tenemos. Estoy cansada de currar como una negra y cobrar como una esclava. No me llega ni para manumitirme! Soy propiedad privada y voy de mano en mano. Ni siquiera con dos sueldos tienes asegurado un nivel de vida un poco estable y a mí eso me toca las narices porque paso de depender de nadie. Tenemos el índice de natalidad más bajo DEL MUNDO. A ver quién tiene cojones de traer un niño al mundo cuando no tienes asegurado llegar a fin de mes dos personas con dos sueldos! Pero claro, aquí no pasa nada, España va bien, tenemos Nikes y Nokias... y menos cerebro que un mosquito.
No sé cómo está la situación real en Uruguay porque esas cosas sólo se saben desde dentro, pero la crisis que ha vivido todo el continente parece haber beneficiado bastante a las dos economías emergentes: Chile y Uruguay. Tu sorpresa ante los sueldos basura de los profesionales titulados de estas latitudes parece un rayo de esperanza. Aquí lo tenemos tan asumido que hacemos bromas. Cuando la gente se empezó a dar cuenta de que nuestros titulados universitarios con 30 años y un trabajo seguían en casa de sus padres, los llamaron vagos y comodones. Estos se quejaron e hicieron darse cuenta a sus papás, empleados con 30 años de antigüedad en la misma empresa, propietarios de casa y coche desde que se casaron con 23 años, de que si ellos no habían hecho todo eso era porque sus sueldos se quedaban justos para pagar sus gastos de niños encamados. "Joder", dijeron sus papás, si es que cobran una basura y cambian de trabajo cada 6 meses porque el gobierno ha permitido que sea más barato despedir a un tío y contratar a otro cada 6 meses que tener que mejorarle el contrato. Como ahora todo el mundo estudia y sabe tanto... en seguida producen beneficios y antes de que tengas que mejorar sus condiciones laborales, lo despides y cojes a otro ingeniero para poner cervezas con la inclinación exacta de 47º y una separación de 63,84 cm del grifo... Estos "niños mimados", estos "vagos", hoy viven sumergidos en pagar préstamos y más préstamos, la tarjeta de crédito, el coche, un crédito personal para pagar esas vacaciones a Punta Cana, no tienen tiempo ni ganas de ocuparse de su hijo único que está creciendo sin guía y sin principios y augura un futuro terrible para este país que pierde el norte a pasos agigantados, pero no levanta cabeza porque no tiene tiempo de dejar de trabajar por un sueldo miserable para comprarse sus Nikes y sus Nokias... Quieren vivir como sus padres, llegar a los 40 con una estabilidad, un nivel, una casa en la costa... Y a los 35, quemados de una vida de mierda, se divorcian y tienen que volver a casa de sus padres, que son ya mayores y habían calculado que a estas alturas estarían ya disfrutando de la vida. Entonces les cae encima un nieto que ha crecido como un salvaje, contestatario, amoral y egoísta, obsesionado con los videojuegos y tener más y mejores Nikes y Nokias que el vecino.
Mi generación ronda un 80% de titulados universitarios, la mayoría aderezados con postgrados, doctorados, BAs, MUs y hasta másters del universo... Somos más listos que nadie, llevamos años de preparación porque el mercado laboral estaba copado por nuestros padres, que eran un porrillo de personas, producto del babyboom de los 40-50. Lo peor es que ahora de repente se están jubilando todos de golpe y nosotros no damos a basto para pagarles la pensión ni las medicinas. Somos la generación de los "mileuristas", ja ja, qué chispa, qué gracia nos hacemos. Cobramos una media de 1.000 euros al mes. Una gran proporción de nosotros ni eso. No tenemos hijos porque con 30-35 años, la mayoría sigue en casa de sus padres... pero tenemos cantidades ingentes de Nikes y Nokias... y estamos convencidos de que la culpa de nuestros males es de los negros, los moros y los sudacas que nos quitan el trabajo y hacen que cobremos menos. Y cada vez más, votamos (votan) a la derecha. Somos unos insatisfechos inmaduros, frustrados por ser incapaces de vivir esa felicidad que nos han inculcado las interminables horas que pasamos enchufados a la caja tonta, tragando anuncios con embudo y creyendo que los diálogos de las series americanas son el ejemplo de relaciones sociales que hemos de (per)seguir. Si nosotros auguramos un futuro incierto, los escasos hijos que traigamos al mundo serán los cuervos que se sacaran los ojos entre sí.
No quiero seguir porque esto es un pozo de mierda sin fondo.
De verdad que este país apesta, ¿tú estás seguro de que quieres venir aquí?
En fin... no quiero convencerte de nada, tú mismo. Si crees que aquí se está mejor... yo creo que no. No soy una excepción. No es que yo no haya sabido montármelo bien. Sólo soy una titulada universitaria más. Hoy los ricos son los carpinteros, los electricistas y los albañiles. Hay demasiado universitario y ya no somos nadie.
He vuelto a mi triste capital de provincias porque la miseria es menor cuanto menor es la ciudad. También la riqueza es menor. Al menos los extremos se acercan. Lo prefiero así. Pero para vivir aquí con lo justo, haciendo encajes de bolillos cada fin de mes, prefiero hacerlo en cualquiero otro lado que no conozca. No seré rica, no tendré una enorme casa, pero al menos, veré mundo. Es la única riqueza a la que aspiro.
Siento toda esta infinita disertación, pero a pesar de los pesares, adoro mi país y me duele en lo más profundo del alma ver lo mal que lo hacemos todo. No sé a dónde iremos a parar. No hay nada seguro en este país a la deriva.

lunes, 16 de julio de 2007

la teoría del caos

Ayer descubrí un blog en el que un tío hablaba de la curiosa experiencia personal que supone darle vueltas al hecho de la existencia desde un punto de vista meramente teórico. Por ejemplo, considerando el dolor físico como una herramienta más del cuerpo para alcanzar su objetivo de supervivencia: “Te duele, luego cúrate”. O bien, considerando el desasosiego causado por el fracaso social como una alarma del cerebro ante la posibilidad de perder puntos en la carrera por la reproducción de la especie: “Si no te relacionas con hembras no lograrás que tu carga genética perviva”. Me sonaba el razonamiento. Realmente curioso. Con los mismos elementos iniciales y un nivel de conocimientos similar, hombres y mujeres alcanzamos las mismas conclusiones, pero caminando por veredas diferentes. Claro, la máxima en esta comparación teórica es que existe un motivo para esta diferencia innegable entre los géneros en la hiperdesarrollada raza humana. A veces creo que es todo tan sencillo como que complicamos todo para entretenernos (¿Para evitarnos qué? Puf, nuestros miedos ancestrales son objeto de estudio infinito, lo dejamos para otro momento). Y, como bien decía el amigo del blog, tiene que existir una buena razón para que nuestro cerebro consuma tal cantidad de energía. La propia existencia de los humanos es carísima en términos de energía…
Y de aquí salto, (llevada por un exceso de azúcar en el té de esta mañana, que me ha dejado especialmente hiperactiva), y sin solución de continuidad, a parlotear de la teoría del caos, que me gusta mucho. Viene a decir (simplificando mucho) que, como la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, y partiendo de la base de que cualquier proceso supone un consumo de energía, y que la matería prima de las partículas de los átomos es energía y está en movimiento contínuo, desprendiendo parte de sí al espacio continuamente… El mundo se reduce a no más que dos grupetes de partículas de energía, las usadas y las que se van a usar. Mientras nos quede algo en el montón de las que se van a usar, habrá movimiento y habrá vida; pero se gastarán y llegará un momento en que el espacio sea un sopicaldo de partículas de energía transformadas y ya no habrá nada. Entendiendo por algo el movimiento de energía (es decir, materia y teoría). Cuando ya no exista ese desnivel entre los dos grupos de partículas se llegará al caos, por eso lo de “teoría del caos”, que será el fin del mundo conocido. Esto funciona del siguiente modo: cuanto mayor es el movimiento (entendido en toda su amplitud), mayor es el “consumo” de energía y más se acerca el temido momento en que se nos gaste la energía “vírgen”.
Siempre he dicho que yo cambiaría el mundo. Seguro. Con toda la actividad que desarrollo soy culpable de la transformación (que no destrucción) de cantidades ingentes de energía y yo solita acerco el fin del mundo a pasos agigantados. Últimamente más si cabe. Estoy venga a soltar descargas eléctricas. Pero de las pequeñitas, de las que van de neurona a neurona. Intento avergiguar porqué narices estoy insatisfecha (y no me refiero sólo a la parte sexo-adicta de mi naturaleza… que también, pero no viene al caso). Siento un grande pero silencioso vacío emocional que me tiene intrigada. Ni me faltan ni me sobran motivos. Ando apática y eso no es corriente en mí. Supongo que tendrá una explicación mucho más simple que todo lo que mi psicótico y desmadejado cerebro sea capaz de inventar… probablemente algo relacionado con la satisfacción de las necesidades primarias. Pero como, duermo y me socializo con normalidad. Igual al final, todo es mucho más complicado dentro de su eterna sencillez de la balanza de partículas. Y menos mal, porque de algún modo tendremos que entretenernos… y, ¿para evitarnos qué? Será que me persigue un miedo ancestral y no me he dado ni cuenta. O será que viene la temporada del bikini y me veo con 4 kilitos de más y de un grano de arena hago un castillo. Ni tanto ni tan poco, ¿no?
Menudo caos. Nunca mejor dicho, porque somos tan tan tan pequeñitos… partículas de energía concatenadas en un orden concreto; un poco de desorden y pasamos de persona a mosca sin darnos ni cuenta. ¿Kafka había oído hablar de la teoría del caos?